Cal quiere un nuevo vehículo para la MagicGang. Tara le habla de los coches de la Tierra y queda embelesado. Piden permiso a la emperatriz y diseñan el coche de sus sueños y envían los planos al herrero imperial. Pero Magister decide sabotear el proyecto y estropea el coche para atacarlos. Incapaz de usar la magia, Tara recurre a los talentos de sus amigos para salir del lío.