“Sus rostros proyectan la voz acristalada de Edda del Orsso”, digo mientras me empapo de las pinturas de Nelly Liubansky. Están a la distancia de un segundo, tan cerca, que me es preciso aguzar la mirada para disfrutarlas en detalle, en tanto mi mente rebobina “Sean Sean”, “Veruschka”(estrictamente su primera, segunda,tercera y cuarta versión),“La Poesía de una dama”, “La “Bambola”(centrémonos en sus versiones uno y tres) , entre otros temas del mismo tenor de los cuales me reservo mencionar,pero que sí diré,por cierto, que traducen a ese río secreto que nace desde la cascada de su corazón ,y se desprenden al mundo a través de sus miradas.
No hay una forma convencional de disfrutarlas. El buen arte se aprecia en libertad, se volatilizan de sus superficies,y podemos captarlos en raros destellos de sonidos, en graznidos y cotorreos de aves. Dueña de un pincel paciente que se desliza entre sus dedos, la artista bielorrusa detesta la prisa,la cultura vertiginosa de estos tiempos,retratando en sus pinturas a mujeres aquietadas,esbeltas, atrapadas en fondos decorados,y secundada en una cohorte de excelsos figurines de un sobrio colorido. Es una maestra del detalle,de la caracterización interior de sus personajes.
Ha sabido describirlas en sus existencias secretas e íntimas. Visten a la moda,son glamorosas y sofisticadas,aman la pompa y el derroche. Como una hábil diseñadora de modas, su autora no las puede desmerecer. No tienen fama(tampoco la buscan,son un poco escépticas al respecto), pero a su modo son heroínas anónimas,su exacerbado compromiso con el ideal de belleza les ha llevado a malbaratar la cordura y el ensueño. Esto no es algo que pueda censurarse, sino que-por bien o por mal que parezca-acentúa su atractivo y encanto.
En cada temporada y estación del año gastan sumas exorbitantes de dinero en ropa,en joyas, en exóticos viajes de placer;invierten mares de tiempo en gimnasios, sometiéndose a estrictas medicaciones de sobrepeso, a dietas interminables de durazno, peras y limón. Por lo común se dejan acompañar de perros,gatos,pericos,a quienes aman con frenesí,resignándose a la compañía del varón,aunque algunas veces lo anhelan ardientemente.En ellas nunca estará del todo definida la palabra soledad. Algunas veces buscarán al ser amado con delirios tremebundos,en frenéticas agonías al punto de perder la cordura y la dignidad,pero otras huirán despavoridas del mismo como si estuvieran ante un ogro esperpéntico,un ser detestable el cual abominan con todas sus fuerzas.Esta contradicción es parte de su misterio,y redunda en su atractivo.
Pero si de de atractivo se trata,sin duda son las mejores.Sus rostros angelados se desprenden por un cuello largo y grácil,ligeramente inclinados a la vida como en los girasoles, entre el torso y la cintura hay un complot de líneas libelulianas, todo un derroche de belleza y encanto, cuyo fin es solo brindar amor y que éste sea correspondido.El hecho de ser tan bellas,tampoco las ha librado del desamor,de ser víctimas de una infame traición,de “paladear” la hiel del desencanto,sintiéndose vivas piltrafas humanas,,confinadas a una existencia secreta y anónima.
Basta solo con mirarlas para saber que han sufrido de orfandad y desolación.Son heroínas derrengadas,heridas en una batalla digna, cuyos rostros alcanzaron la cúspide de la dramaticidad.En un abrir y cerrar de ojos perdieron el don de reír, de disfrutar, de jugar de dormir,de hacer el amor… su esencia o matriz generadora se ha visto vilmente perturbada. Algo terrible y desconocido les ha acontecido.
En cierta ocasión cuando Nelly,su autora,escuchó sus gemidos,las abrazo en el corazón,les ofreció como un regalo floral un chorro de sus lágrimas con el ánimo de consolarlas,pero fue de su parte una cota absurda,pues ella las hizo sufrientes,las concibió con placer doliente,frágiles y sensibles,expuestas a las jaculatorias más encendidas, así como a las groserías más canallescas.Será por eso que su autora no cesa en sus afectos,pues ellas brotaron de su vida y su tiempo,de su celo y pertinacia.No se confundan sus admiradores.Nelly nunca dejará de ser par ellas una madre,pero- tampoco- generará sobreprotección en ellas.Como toda buena artista suscitará en los otros que las amen,les abrirá camino y las posicionará en nuevos hogares para que alumbren su entristecido encanto,cautivan corazones con sus bellezas sutiles y honorables,provocando en ciertos amantes inexpertos el terrible y pandémico mal de amores.Como las medusas hay que mirarlas con cierto truco y estrategia.Esto es de por sí una proeza,una pasada manera de sufrir la locura en un mundo frívolo,donde muy a menudo el “amor” está condicionado a un capricho pasajero,donde puede acabar bajo las ruedas de un coche o en las fauces de un río turbio ¡Cuánto lamentamos que hayan perdido sus sonrisas, que se haya apoderado de ellas un tipo de belleza muda y triste.
Tal vez en algún pasado remoto sonrieron,fueron dichosas,amaron con placer memorable.Nos consolamos con esa idea peregrina,un poco ilusa.De otra manera no se explica sus luchas tercas,secretas y cotidianas que traerá una peculiar enseñanza de tipo moral.La vida dura las hará fuertes,bellas, corajudas.Es lo paradójico de la vida.El absurdo y el sinsentido atractivo de la belleza,que un día la misma Nelly Lukashyk experimenta camino a Barcelona en compañía de una amiga españ ola.Se había encontrado con una amiga Polaca de tiempo y hablaron en sus idiomas respectivos(Polaco y Bielorruso) y se entendían perfectamente.La amiga Española no podía salir de su asombro al escuchar que hablaban en idiomas diferentes,pero se entendían.A sí es el amor entre todas ellas,hablan y viven de modo diferente,pero se entienden.
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